El GP de Abu Dhabi es uno de los grandes premios incorporados en los últimos años, con la construcción del nuevo circuito de Yas Marina. Forma parte de la estrategia de globalización efectiva del campeonato, y al mismo tiempo, de mayores ingresos por derechos de celebración de grandes premios. Es una exhibición de lujo y refinamiento, rodeando un puerto deportivo que reúne grandes yates propiedad en su mayoría de personas originarias de los Emiratos Árabes o países limítrofes.
El efecto conseguido, combinado con el horario del gran premio, que se inicia con luz solar y acaba en plena noche, con iluminación artificial de la pista y su entorno, es ciertamente impresionante. A algunos les puede parecer un exceso; a otros el lujo extremo.
El trazado es prácticamente plano y al nivel del mar. Está diseñado por el arquitecto de cabecera, nuestro amigo Tilke, y, francamente, no es su mejor diseño en cuanto a trazado e interés de pilotaje. Estéticamente es otra cosa, puesto que, a partir de un presupuesto muy importante, se ha conseguido un entorno realmente llamativo, y de una vistosidad francamente impresionante.
El circuito es más bien largo, con poco más de 5,55 kilómetros de longitud. Lo más diferencial es la salida del pit-lane, que es a través de un tramo subterráneo en curva bastante estrecha. El trazado en sí presenta muchas curvas de 90º, típicas de circuito urbano, pero en este caso con grandes escapatorias. No tiene muchos puntos de adelantamiento, excepto las dos rectas donde se puede aplicar el DRS. La recta más larga es a la vez la más larga del campeonato.
La afición no es como en los últimos países visitados, México y Brasil, en los que hay gran cantidad de personas seguidoras de la F1. No obstante, ello no supone una crítica en sí, ya que es cierto también que hasta hace pocos años, la F1 ignoraba totalmente la existencia de países como Emiratos.
Respecto a la organización, aparentemente no presenta fallos de consideración, y la mera gestión del circuito y sus periféricos (iluminación, accesos, invitados, marina…) ya presenta una complejidad elevada, que es solventada con seriedad y rigor.
Se rueda un 50% del tiempo a plena potencia, y el promedio en carrera, en seco, es de unos 190 km/h. Es por tanto un circuito de velocidad promedio media. Pirelli ha elegido los tres compuestos más blandos para la carrera, blando, superblando y ultrablando. Las temperaturas registradas el día de carrera, normales para el entorno, no han condicionado las estrategias de carrera más allá de lo previsible. Debemos tener en cuenta que al empezar con sol y acabar de noche, el circuito presenta un importante diferencial de temperatura, a medida que transcurre el gran premio.
La configuración aerodinámica es de media carga, compromiso para permitir una buena velocidad especialmente en la recta larga, y a la vez un comportamiento aceptable en las curvas lentas, medias y rápidas. Es un circuito exigente en consumo, si bien no llega a condicionar el resultado. Los frenos no presentan situaciones críticas en cuanto a resistencia. El asfalto está muy cuidado, con pianos que condicionan algo las trayectorias.
Los entrenamientos fueron en buena parte una continuación de lo visto últimamente. Mercedes con sus coches oficiales delante, con Hamilton desatado y Rosberg conservador, una pugna por detrás entre Ferrari y Red Bull, y luego mucha lucha entre varios equipos, que realmente, si nos olvidamos de los tres primeros equipos, ofrecen un espectáculo muchas veces superior, que no podemos ver en gran parte.
Entre ellos, destaca Force India, que gracias a un trabajo sobresaliente del equipo en relación a los medios disponibles, y a una pareja de pilotos de gran nivel, se ha posicionado claramente como la cuarta y primera de los mortales.
Williams ha cuajado una temporada mediocre, por debajo de nuestras expectativas previas. Una vez más, defraudó en entrenos y en carrera.
Los Toro Rosso sufrieron mucho. Una misteriosa causa les provocó pinchazos en los entrenamientos, perdiéndose una gran parte, y llegando a la cronometrada muy mermados. De ahí su peor clasificación del año. Mala forma de acabar.
Los habituales de las últimas filas también nos ofrecen espectáculo del bueno. A su nivel, Manor ha hecho muy buena temporada, y dispone de dos pilotos de gran futuro. Sauber ha sufrido las penalidades económicas ya conocidas hasta casi el final, salvando en parte su prestigio con los dos puntos de Brasil, y Renault no ha considerado oportuno esforzarse en el coche de este año, para centrarse en el futuro.
Por lo que respecta a Haas, hay que convenir que para una primera temporada sus resultados son buenos, pero esto tiene algo de truco, porque no olvidemos que es un equipo B de Ferrari.
Por último, Mclaren también nos ha defraudado. No tanto como el año anterior, pero esperábamos más.
La parrilla quedó según lo previsible: Hamilton y Rosberg en su papel, y Ricciardo superando a los Ferrari y a su compañero. Luego venían los Force India, Alonso y Massa.
Entre los de detrás, de nuevo Haas marcaba el mejor tiempo, con Palmer, Grosjean y un sorprendente Wehrlein, que pasaba a la Q2.
La carrera no defraudó. Un trompo en la primera vuelta de Verstappen, que le relegó a la parte trasera del pelotón, mientras que Hamilton tomaba el mando y Rosberg mantenía la segunda plaza.
En la vuelta 7 empezaron a entrar coches que habían salido con ultrablandos. Esto tuvo su importancia, puesto que obligó a los líderes a entrar antes de lo previsto, para cubrirse, y empezó a mostrar las cartas.
Ricciardo, que había perdido posición con Raikkonen, también entró, tirando por la borda su estrategia de salir con superblandos y alargar la primera parada. Sin embargo Verstappen se mantuvo en pista, adelantando uno tras otro al resto de vehículos, llegando a situarse en segunda posición, por delante de Rosberg, por mor de las paradas, y de la lentitud de la carrera, marcada por Hamilton.
Esta imprevista situación obligó a Rosberg a salir de su zona de confort, y buscar el adelantamiento sobre Verstappen para evitar perder más tiempo. Ahí estuvo una de las claves, porque Nico supo imponerse, y recuperar la segunda posición.
En este punto, ya se veía que Verstappen iba a una parada, con lo que se convertía en un integrante más del grupo de cabeza.
El otro punto destacable fue la estrategia de Vettel, alargando mucho la segunda parte con neumáticos blandos, y poniendo superblandos para acabar la carrera. Favorecido por el ritmo de Hamilton, pronto empezó a adelantar a sus rivales, hasta llegar a situarse en tercera posición, pegado a Rosberg, con varias vueltas para buscar un adelantamiento.
Las últimas vueltas fueron muy tensas. Hamilton ralentizaba en los sectores lentos, y forzaba en los rápidos para evitar a Rosberg, mientras que Vettel amagaba, y detrás de él venía Verstappen. Desde el box de Mercedes se mandaban mensajes a Hamilton para que aumentara el ritmo, con el argumento de que el triunfo estaba en riesgo, mientras que él hacía caso omiso.
Todos saben cómo acabó. Nico Rosberg consiguió mantenerse y ganar el mundial.
Ha habido multitud de opiniones de lo más variopinto, respecto de si la estrategia de Hamilton era correcta desde un punto de vista deportivo; y si Rosberg merecía ser campeón. Hablaremos de ello con más detalle en los próximos días, pero dejen que recuerde que el propio Nico el mismo día de la carrera dijo que no tenía nada que reprochar a Hamilton y que entendía tanto al equipo como a Lewis, y Hamilton ha puesto en su cuenta de Instagram una foto y un texto para felicitar a Nico. Es decir, los verdaderos protagonistas son los primeros en desactivar unas polémicas artificiales y absurdas.
Nico Rosberg ha acabado el mundial totalmente extenuado psíquicamente. Y no nos extraña. Ha conseguido una auténtica hazaña. Porque en 45 años nunca había visto algo parecido. Con el mismo coche y en el mismo equipo que el mejor piloto de los últimos años, un auténtico depredador del nivel de Senna, Prost, Schumacher, Alonso, Lauda, y alguno más, insaciable, rapidísimo y con un grado óptimo de experiencia, le ha batido en el Campeonato.
El campeonato ha acabado como debe ser; decidiéndose en la última carrera. Ahora tenemos por delante un mes para comentar algunos aspectos del mismo, y a partir de enero empezar a hablar de la temporada 2.017, que se presenta como siempre muy interesante con un nuevo reglamento que puede alterar el staus quo actual, y un nuevo duelo de pilotos de un nivel altísimo, como nunca antes había habido.