El GP de China se inició en el año 2.004. Desde entonces figura en el campeonato, siempre celebrado en el mismo circuito, situado cerca de la ciudad más poblada, Shangái. Se trata de una megápolis de más de 24 millones de habitantes, y principal capital económica del país, que ya es el segundo del mundo en PIB.
El clima suele ser cambiante en esta época, como se puso de manifiesto este año. No acostumbra a hacer un calor elevado, variando de frío a templado. También pesa mucho el clima húmedo y la contaminación que rodea a la ciudad.
El ambiente es de mucho público, con un gran interés por la fórmula 1.
Es una vez más un trazado diseñado por Tilke. Grandes espacios, con escapatorias amplias que permiten los excesos de los pilotos, sin obstáculos que impidan el retorno a la pista. Tiene la recta más larga del campeonato, con varias curvas muy lentas. No es un trazado especialmente interesante, aunque la presencia de la larga recta condiciona la puesta a punto del coche, en la que se busca el equilibrio entre velocidad elevada y agarre en curva, constituyendo un reto para los ingenieros.
El circuito cuenta con 5,451 kilómetros de longitud, es decir, la longitud estándar de los trazados de Tilke. El promedio en clasificación está cercano a 210 km/h. Tiene un par de puntos de adelantamiento, con dos rectas encadenadas por una curva cerrada donde se puede aplicar el DRS.
Se rueda cerca de un 60% del tiempo a plena potencia, y el promedio en carrera, en seco, es un poco por debajo de 200 km/h. Es por tanto un circuito de velocidad promedio media. Pirelli ha elegido los tres compuestos habituales, superblando, blando y medio. Las previsiones iniciales eran de carrera a tres paradas, con los superblandos de salida, ya que es obligatorio utilizar los neumáticos con los que se ha marcado el mejor tiempo de la Q2, y tres tandas de blandos. Se estimaba que el superblando duraría pocas vueltas, 4 o 5 todo lo más. La carrera dio para varias estrategias distintas, por fortuna para el espectador y aficionado. Gran acierto lo de ampliar el número de opciones y dar a elegir a los pilotos.
Poco que decir respecto del consumo y frenos. Simplemente en la media.
Como ya se dijo, se ha vuelto al sistema de 2015 en entrenamientos.
El viernes los Ferrari marcaron buenos tiempos, por delante de Mercedes. A pesar de que más de uno ya veía un símbolo de cambio, nada más lejos de la realidad, como veremos más adelante.
Hamilton empezó mal, con cambio de caja de cambios que le suponía 5 plazas de penalización.
El sábado, en la Q1 de nuevo la mala suerte se cebó en el campeón, con un problema en el sistema de recuperación energética de la turbina, que le dejó sin tiempo, y por tanto relegado a la última posición de parrilla.
En Q2, Rosberg dio la campanada, marcando su crono con blandos, y a solamente una décima de los Ferrari, lo que significaba que saldría con ellos el domingo, cuando todos los demás gallitos debían poner superblandos para asegurar su paso a Q3, y salir con ellos en carrera.
En Q3, Rosberg de nuevo volvió a golpear, con un tiempo casi 6 décimas mejor que el segundo, sin despeinarse. Además ese segundo no era un Ferrari, sino el Red Bull de Ricciardo, en una vuelta magistral. En resumen, las cosas siguen como estaban en marzo en Barcelona, más o menos.
Del resto, bien Toro Rosso, con los dos coches en Q3, peor de lo previsto Force India y Williams, y vuelta a la realidad para Haas.
McLaren encabeza un grupo muy igualado, con Renault, Haas, Sauber y Manor, no necesariamente en este orden.
La carrera fue interesante excepto en lo que se refiere a la primera posición, que fue coto privado de Rosberg. Aunque Ricciardo aprovechó los superblandos para salir mejor y ponerse en cabeza, a la tercera vuelta ya tenía a Rosberg pegado al principio de recta larga, y encima pinchó el neumático trasero en el momento en que le adelantaba. Ello provocó la entrada del coche de seguridad, un tanto forzada, ya que no había motivo para tanto. Todo venía de diversos encontronazos en la primera curva, que afectaron a Raïkkonen, Vettel, y Hamilton principalmente, y que dejaron restos esparcidos por el asfalto.
La salida del coche de seguridad en la vuelta 4 perjudicó a Rosberg y a varios pilotos más, que habían clasificado fuera de los 10 primeros, como Alonso, que habían puesto neumáticos nuevos blandos para alargar la primera parada. Los primeros clasificados, con superblandos usados, pudieron cambiar sin perder tiempo, y ganar una parada.
Cuando se liberó de nuevo la carrera, teníamos en la cola del pelotón a Raïkkonen, Ricciardo y Hamilton. Este último con el coche afectado por el toque de la primera vuelta. Vettel también estaba un poco retrasado, siendo Kvyat el mejor situado de los punteros.
Aún así, Rosberg no tuvo problemas en ganar ventaja progresivamente, permitiéndose el lujo de ir solo a dos paradas para asegurar, poniendo el neumático medio en la última, y sacando 37 segundos al segundo clasificado.
Ricciardo realizó una carrera fantástica, que pone de manifiesto su categoría y la calidad del coche. Acabó 4º, detrás de su compañero, a pesar del pinchazo inicial. Vettel también se trabajó su segundo lugar, superando en ritmo a Kvyat. En nuestra opinión, Ricciardo le hubiera superado y acabado segundo si no hubiera tenido el pinchazo.
Buena carrera de Massa y de Versttapen, una vez más delante de Sáinz gracias a un stint central con neumáticos medios de antología. Sáinz también estuvo brillante, pero quedó ensombrecido por su compañero. En la cola, buenas carreras de Ericsson y de Magnussen, a pesar de disponer de vehículos lentos.
De nuevo, no se dejen engañar por los comentarios. Mercedes domina el campeonato. Se mantienen las diferencias, y su potencial amenaza es más bien Red Bull que Ferrari, especialmente en circuitos lentos.
Vettel estuvo simplemente patético con sus declaraciones durante y después de la carrera. En la primera curva Kvyat le «hizo un traje» por dejar la puerta abierta en el interior de la curva. Nada de torpedo ni loco; solo un piloto luchando por ganar posiciones. Puede que la presencia del Presi de Fiat y mandamás de todo el grupo le pesara. Incluso su propio equipo le ha rectificado.
También estuvieron rozando el esperpento Merlos y Villadelprat en Movistar+. ¿Cómo se puede decir a mitad de carrera, con Hamilton a 35 segundos y 10 o 12 puestos más atrás de Rosberg y ruedas medias nuevas cada uno, que cuidado con Hamilton que puede ganar la carrera, o después de la Q3 que Renault había hecho malos tiempos en entrenos porque había reglado el coche para carrera?
Afortunadamente han fichado a Pedro de la Rosa, que compensa sobradamente a la pareja, por su sentido común y su honestidad.
El campeonato está siendo de momento claramente dominado por Mercedes, y por Rosberg. Hamilton en esta carrera tuvo la mala suerte de avería en el sistema de recuperación y salir el último. Pero no debemos olvidar que ha fallado en las salidas de cada carrera, cosa que no ha hecho Nico.
Algunos quieren ver otras cosas, incluso que Mercedes ayuda a Rosberg en detrimento de Hamilton. Allá ellos con sus conclusiones, basadas en desconocidos argumentos o en simpatías personales. Los hechos son incontestables: La introducción del sistema de arrancada más directo y menos asistido, la prohibición de ayuda desde el box a través de la comunicación interna, y las presiones mínimas de Pirelli, tres medidas que favorecen la preponderancia del piloto, parecen haber beneficiado de momento a Rosberg, en detrimento de Hamilton. Pero esto no ha hecho más que empezar. Veamos como se desarrollan las próximas carreras, y esperemos que sean al menos tan interesantes como la de China.
GRAN PREMIO DE CHINA 2.016.
19 martes Abr 2016
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