El gran premio de Mónaco es la carrera más emblemática del campeonato. Es una carrera fuera del contexto de la fórmula 1 moderna, pero a la vez es imprescindible para diferenciar a la f1 del resto. Forma parte fundamental de la historia de la f1, y por ello, no puede pensarse en un campeonato sin esa carrera, de la misma forma que no podemos pensar en un campeonato sin Ferrari.
El circuito, que consta de 3.337 metros de trazado, es completamente atípico. No solamente por ser urbano, sino por desarrollarse en calles totalmente urbanas, rodeadas de edificios, hoteles, boutiques, bares y el mar. Subidas, bajadas, curvas cerradas, zona de curvas intermedias que pone los pelos de punta cuando lo vemos en la cámara subjetiva, guardarraíles de protección pegados a la trazada, boxes en dos plantas, rodeados de árboles que a veces impiden las comunicaciones con los coches, muchas caras conocidas, mucho glamour del auténtico, todo esto y mucho más es el Gran Premio del Mónaco. Es la esencia de la F1. Los adelantamientos son casi imposibles, y la carrera se convierte en muchos casos en una procesión de coches.
Eso si no llueve. El año pasado empezábamos este blog hablando precisamente del gran premio de Mónaco, y pedíamos al final que lloviera este año. Los dioses nos escucharon, y nos brindaron un gran premio que empezó con lluvia intensa y acabó en seco, o mejor dicho, empezando a llover de nuevo. Pudimos ver muchas estrategias distintas, y los más audaces y con más suerte acabaron triunfando.
Vayamos por partes. El jueves, primer día de entrenamientos, ya hubo sorpresa general, que no total, con el tiempazo de Ricciardo. Todos se preguntaban como era posible. Los que seguís mi blog estabais avisados. El Red Bull es un coche casi perfecto. Solamente le faltan unos caballos de potencia para estar delante. Y Ricciardo se está confirmando como un piloto excepcional.
Todo ello se ratificó el sábado, con pole, y acercándose mucho al mejor tiempo de la historia, conseguido por Raïkönnen, curiosamente en una Q2, allá por 2006.
En segundo y tercer lugar los Mercedes de Rosberg y Hamilton, que no daban crédito. Si observamos las cámaras on board de ambos, comparadas con Ricciardo, ya podemos observar la mayor perfección en la trazada de este último, señal inequívoca de un mejor comportamiento.
Los Ferrari también decepcionaron a muchos. No a los seguidores de este blog de nuevo, que saben que el Ferrari en comportamiento no está ni el tercero.
Los Toro Rosso también disponen de un buen coche, y ello les permitió brillar, a la altura de los Force India y los Ferrari, con los McLaren cerca.
Los Williams, como era de esperar dadas sus características, estuvieron lejos de sus prestaciones en otros circuitos, quedando claramente descolgados de la cabeza. El resto, ocupando su lugar habitual, con los Sauber un poco mejor que en los últimos grandes premios.
La carrera se encontró con lluvia intensa, hasta el punto de salir detrás del coche de seguridad. Es una pena que el afán proteccionista de la Federación nos prive de salidas como la de hoy, que ponen de manifiesto la pericia de los pilotos. No obstante, la seguridad debe ser lo primero.
Pronto se vio claro que Ricciardo aprovechaba su vehículo y posición, destacándose claramente. Máxime cuando Rosberg, en segunda posición, no le cogía el punto al coche, retrasando a los demás pilotos, hasta que dejó pasar a Hamilton, con Ricciardo ya a más de 10 segundos.
Ricciardo aplicó la estrategia del primero, sin tomar riesgos excesivos, entró cuando varios pilotos ya habían puesto intermedios, y conocía los datos de tiempos por vuelta. Esa parada fue bien, regresando detrás de Hamilton y recuperando rápidamente terreno sobre él. La cuestión es que Hamilton no paraba, y seguía con ruedas de lluvia extrema y defendiendo cada segundo, como un campeón que es. Pronto se vio que su estrategia sería parar para poner directamente gomas de seco, porque la pista se estaba secando a gran velocidad. Entró en la vuelta 31, y efectivamente puso ya las ultrablandas. (Vaya eufemismo: duraron 47 vueltas). Ricciardo volvió a calcar la estrategia de líder, entrando en la siguiente vuelta para poner también ruedas de seco, y ahí perdió la carrera, por la demora de más de 10 segundos por no tener las ruedas preparadas. A pesar de que le había recuperado casi todo a Hamilton, esos 10 segundos fueron clave. Claro error del box, que se suma al de Barcelona, cuando iba primero perdió la posición por la estrategia equivocada.
Detrás, Pérez, con dos paradas bien calculadas en el tiempo y muy bien ejecutadas, sumado a su pericia en la preservación de los neumáticos y su buena conducción, especialmente en este circuito, que ya le ha visto ganar en GP2 y el año pasado hacer otro carrerón, ha sido el piloto del día, votado en la web oficial. Muy merecido el reconocimiento.
Alonso también estuvo especialmente acertado, haciendo lo mismo que Pérez, pero con un coche inferior.
Desastre sin paliativos de Rosberg, al que los grandes premios con lluvia no le van. Mala señal, porque es donde aparecen los héroes.
Buenas carreras de Hulkenberg y de Sainz, que volvió a tener mala suerte en las paradas, con dos cambios de ruedas que le costaron cuatro posiciones, por lo que podría haber estado luchando con Pérez por el tercer escalón del pódium. Definitivamente, en Toro Rosso lamentarán esta mala gestión en la segunda mitad de temporada.
Su ex compañero pasó de la gloria de la victoria al purgatorio. Por tres veces se salió con daños graves en el vehículo. El peor de los 22 en este gran premio. La cuenta del chapista no le va a hacer gracia a Mr Mateschitz, tan tacaño como rico. Por cierto, han firmado por Renault para los años 2017 y 18, tanto Red Bull como Toro Rosso, después del esperpento del año pasado, con las continuas amenazas de abandono y acusaciones de incompetencia.
Williams estuvo desaparecida todo el fin de semana. Simplemente, sus coches no van en circuitos lentos, y cuanto más lentos, peor.
Muy mal también los chicos de Sauber. No se puede permitir un choque que lleve al abandono de los dos cuando estaban clasificados razonablemente en el circuito de más trascendencia. Lo que le faltaba a Sauber.
Renault también tuvo su cuenta de chapista, en este caso por partida doble.
Y es que Mónaco y sobre mojado se hace muy complicado. Qué se lo pregunten a todo un campeón como Raïkönnen, que no pasó de la undécima vuelta sin «ajustar» el guardarrail de la curva loews, la más lenta del circuito y de todo el campeonato.
Los Manor por lo menos acabaron, aunque el de Haryanto se pasó toda la carrera siendo doblado, acabando a 4 vueltas.
Hamilton ha recuperado de un golpe su moral, y ahora será difícil pararle. Canadá se le da bien, y es donde empezó a ganar grandes premios. Red Bull recibe más potencia de Renault, pero no le vemos tan amenazador como en Mónaco. Ferrari estará cerca en ese circuito, así como los Williams, que recuperarán un poco el protagonismo. En todo caso, ojalá vuelva a llover…
En otro orden de cosas, se celebraron las 500 millas de Indianápolis. Vaya espectáculo. Más de 400.000 personas en tribunas, además de un número incontable en los alrededores del circuito. Llenazo para el centenario de la prueba. Felicidades al ganador, ex de Manor el año pasado, Alexander Rossi, y una mención para Oriol Serviá, que una vez más ha tomado parte en la carrera, y que por muy poco no acaba en el pódium.